Daniela Rodríguez Marín, Beatriz Cuartero Desviat, Rodrigo Abón Arrojo, Daniela Rodríguez Marín, Pedro Jiménez Almonacid, Mariano Álvarez Antolínez, Sagrario Martínez Cortijo
Organismos colaboradores:
Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Universitario Fundación Alcorcón (Madrid)
Resumen:
La gastrectomía vertical laparoscópica es el procedimiento bariátrico más realizado a nivel mundial. La complicación más temida es la fístula de la plastia gástrica cuya incidencia se estima entre el 0 y el 7% y se suelen diagnosticar de forma tardía. Presenta una elevada mortalidad y es de difícil solución, especialmente si la perforación se produce en el tercio proximal a nivel del ángulo de Hiss, la localización más frecuente.
Presentamos a un paciente de 61 años con obesidad mórbida y con un Índice de Masa Corporal (IMC) de 44.27 kg/m2 que se opera de forma programada realizándose una gastrectomía vertical laparoscópica. Cinco días después es reintervenido por una dehiscencia de la sutura gástrica a nivel del ángulo de Hiss. Se realiza un lavado exhaustivo de la cavidad y se coloca un tubo en T de Kehr en el defecto vehiculizando la fístula.
El tratamiento de las fístulas de la plastia gástrica es complejo. Se puede optar por un manejo conservador si el paciente está estable, pero si tiene repercusión clínica va a requerir cirugía urgente. El lavado y la tutorización de la fístula mediante un tubo de Kehr es una opción terapéutica válida.
Palabras Clave:
obesidad mórbida, gastrectomía vertical laparoscópica, fístula gástrica, fuga anastomótica, tubo en T de Kehr
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